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lunes, 23 de junio de 2008

Bien salado:comer afuera aumentó un 15 por ciento En lo que va del año, los precios en bares y restaurantes fueron retocados considerablemente. Un almuerzo ejecutivo supera los quince pesos y una cena puede ascender a los cien. Desde la Federación Empresaria Hotelero Gastronómica Argentina aseguran que las ventas bajaron en un 30 por ciento. ¿Cómo digieren estos precios los comensales? Al pagar la cuenta, la inflación en los precios de los comestibles se siente fuerte. (Flickr/Reflejo de Realidad) Galería de Imágenes Todo aumenta. La inflación tocó todas las puertas, incluso las mesas de los hogares y claro las de los bares y restaurantes que en sus cartas acusan cifras cada vez más altas. Según la Asociación Hotelera Gastronómica de Rosario, comer afuera sale un quince por ciento más caro que a principio de este año. Es que en los últimos seis meses se registraron subas en los valores de los alimentos en general y el conflcito entre el campo y el gobierno le agregó más pimienta a la situación: de acuerdo a la Federación Empresaria Hotelero Gastronómica Argentina (FEHGRA), los bares y restuarnates sufrieron una merma en sus ventas del 30 por ciento. Almorzar o cenar afuera de casa es cada vez más caro. Ni los bares ni las pizzerías “zafan” de la inflación que, como el harina leudante, provoca la suba de los precios dejando atrás los días en que se podía comer por diez pesos. Quienes tienen la costumbre, vienen sufriendo los retoques en las cartas y, a pesar de las disculpas de mozos y encargados, se quedan con hambre de mejores precios. “No tengo datos específicos pero sube todo”, lanzó Martín, quien goza en extremo de las cocinas ajenas. “El super se fue al carajo, los deliverys también”, aseguró enojado. Según aseguró a Rosario 3.com, Rodrigo Pastor de la Asociación Hotelera Gastronómica de Rosario, en lo que va del año, los precios en bares y restaurantes “en promedio han aumentado cerca de un 15%, teniendo en cuenta que los aumentos van de un 8% a un 22%”. “Almuerzos tenemos desde los ejecutivos que van desde 12 o 15 pesos con plato o bebida en adelante de acuerdo al establecimiento y los precios de cena oscilan entre 20 o 25 pesos en los lugares más económicos hasta cerca de 100 pesos por persona en los más costosos”, detalló y agregó: “En los bares la situación es la misma, para tener como ejemplo el caso de la cerveza que en el transcurso de este año cerca de un 30%”. En cuanto a los postres, gaseosas y vinos “están siguiendo los mismos pasos que el resto, no hay rubros en los cuáles podamos ver un comportamiento diferente”, sostuvo. Lamentamos los zacudones La actualización constante de los precios ha llegada al punto de que muchos propietarios de bares y restaurantes acudieron a las cartas para explicar y pedir disculpas por los retoques. Un caso es el de un restaurante de comida mexicana cuyos dueños agregaron en el menú una arta al cliente explicando cómo venían evitando trasladar los aumentos de la materia prima a los precios hasta que se les hizo insostenible. Alejandra es dueña de un bar céntrico y sostuvo que sólo aumentó un peso cada plato: “La verdd es que aumentó todo pero nosotros preferimos absorver los costos y no llevarlos todos a la mesas porque la gente no puede pagar más” y continuó: “Sé que en muchos lugares, se les explica a los clientes a través de cartas lo que está pasando con los precios”. Números difíciles de digerir De acuerdo a los registros de la Asociación Hotelera Gastronómica de Rosario “las variaciones de los insumnos se vienen dando en todos los productos: aceites, lácteos, cafés ya han tenido grandes aumentos hace tiempo y también indició la mano de obra. Los aumentos se van dando en forma despareja, el empresario absorve algunos pero llega un momento que se trasladan a los precios finales”. Una vez terminada la cena o el almuerzo, vienen las quejas y lamentos de los comensales que, de postre, deben superar el trago más amargo: la cuenta. De acuerdo a Pastor, el cliente “percibe estos aumentos y es consciente de que esta realidad es la misma que ve todos los días en el supermercado, en la farmacia, con lo cuál entiende que los ajustes se deben a los aumentos de precios, no son la consecuencia de una especulación por mayores ganancias, sino que son los ajustes necesarios para mantener en funcionamiento los locales”. Sin embargo, la comprensión tiene su límite. Muchos comensales dejaron atrás los placeres del sabor de la comida bien preparada y el vino a la luz de las velas: “En las últimas semanas ha habido una disminución muy importante de las ventas pero más que nada por los conflictos que estamos viviendo por estos días. Hemos registrado que se han dado bajas de hasta un 30% en las ventas de algunos restaurantes”, advirtió. “Como parámetro de estas baja en las ventas –agregó – tenemos el informe que está realizando FEHGRA que reveló que las pérdidas sufridas por el sector en los primeros 21 días de paro agrario, asciende a $ 73,1 millones, relevamiento que se realizó desde el 13 de marzo hasta el 2 de abril de 2008, sobre la región centro y litoral”.

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